"Muchas de las personas cuidadoras contaban con escasas redes antes del ingreso al programa. Hoy siguen cuidando, pero acompañadas por un equipo"

Felipe Viera tiene 35 años y es Terapeuta Ocupacional. Es parte del programa desde su génesis y cubre las comunas del sector rural: El Monte, Paine, Melipilla, Curacaví, Alhué y San Bernardo.
Como uno de los funcionarios que trabaja a diario con usuarios que viven alejados de la ciudad, Felipe cree que la variedad de situaciones y casos es grande. Desde padres que han cuidado a hijos o hijas, o al revés.
"Algunos partieron hace muy poco tiempo con labores de cuidados, otros con una vida entera entregando cuidados a otros. En general, la diversidad de experiencias permite enriquecer mi trabajo profesional y es un constante desafío que requiere mucha empatía y aprendizaje", comenta Felipe.
A su juicio, la primera necesidad de los cuidadores es el acompañamiento emocional. La misma necesidad se hace aún más difícil considerando que lo hacen desde la casa, y en un territorio alejado del centro de la ciudad.
"El cuidado se materializa en el hogar, generalmente aislado de las comunidades, del entorno social y familiar", explica Felipe.