"Dejamos de ser sólo profesionales de la salud para convertirnos en un pilar de contención para las personas cuidadoras, que les recuerda que ellas también importan"

María Fernanda Díaz es kinesióloga del territorio rural y ha sido testigo de cómo el programa transforma la vida de las personas cuidadoras al aliviar el desgaste físico y emocional que implica su labor. Desde su perspectiva, describe su labor como una que puede a llegar a aliviar las dolencias de sus usuarios.
“Muchas cuidadoras tienen dolores crónicos, y es ahí donde nuestra intervención se vuelve clave. Les entregamos herramientas para que ejerzan su rol de forma segura, no solo aliviando el dolor presente, sino que previniendo lesiones y empoderándolas para proteger su propio cuerpo”, explica María Fernanda.
Para ella, lo más valioso es ver cómo, al ser escuchadas y validadas, las cuidadoras se sienten acompañadas. “No somos solo profesionales de salud: nos convertimos en un pilar de contención, que les recuerda que ellas también importan”, añade María Fernanda.